El arte consiste en elegir acertadamente lo que no se hará.
Quien se obedece a sí mismo no se asfixia menos que quien obedece a otros. El único que no se asfixia es el inconsecuente, el que se imparte órdenes que luego esquiva.
A veces, en determinadas circunstancias, lo correcto es asfixiarse.
Elias Canetti, El corazón secreto del reloj