jueves, 20 de enero de 2022

El tiempo es... (Delmore Schwartz)


Calmadamente atravesamos este día de abril

Calmadamente atravesamos este día de abril, 
poesía de la urbe, allá y aquí. 
Sentados en el parque el pobre y el rentista, 
los niños revoltosos, el automóvil
que se aleja, fugitivo, por nuestro lado, 
entre el obrero y el millonario.
El número es lo que proporciona la distancia.
Es ahora el año de mil novecientos treinta y siete,
ausentes están muchos de nuestros grandes afectos.
¿Qué vendrá a ser de ti y de mí.
(Esta es la escuela en que aprendemos…)
Más allá de la foto y la memoria?
(… que el tiempo es el fuego en que ardemos).
 (Esta es la escuela en que aprendemos…).
¿Qué es el yo en medio de este fulgor?
Lo que soy yo ahora era ya entonces, 
eso mismo que retomaré y otra vez soportaré,
la teodicea que escribí en mis días de colegio
regeneraba toda vida a partir de la infancia. 
¡Los niños bulliciosos rebrillan mientras corren  
(Esta es la escuela en que aprendemos…)
Por completo enloquecidos en su juego pasajero!  
(… que el tiempo es el fuego en que ardemos).

¡Tan ávida su prisa, la de este alocado fulgor!
¿Dónde están mi padre y Eleanor? 
No dónde están ahora, ha siete años muertos, 
sino, ¿qué es lo que eran entonces?
¿Nada más? ¿Nada más? 
Desde mil novecientos catorce al presente, 
Bert Spira y Rhoda se consumen, consumen 
No el lugar donde ahora están (¿dónde están ahora?)
Sino lo que eran entonces, hermosos los dos. 

Cada minuto estalla en la ardiente habitación.
El gran globo gira alocado en el fuego solar, 
arrojando de sí lo trivial y lo único.
(¡Cómo relumbran todas las cosas! ¡Cómo refulgen!)
¿Qué soy yo ahora que era ya entonces? 
Que la memoria restituya una y otra vez
el más pequeño color del día más breve: 
el tiempo es la escuela en que aprendemos, 
el tiempo es el fuego en el que ardemos.                 



domingo, 16 de enero de 2022