martes, 14 de diciembre de 2010

"Mujer desnuda en el muelle". Un poema de Helga Krebs (1928-2010)

Sólo a ti te deseo, Ícaro. Helga Krebs


MUJER DESNUDA EN EL MUELLE


                     A la memoria de mi madre

El mar, estruendo
y remolino de sulfatos,
de pronto me devuelve
a mi joven nadadora.
Leve y desnuda emerge
como desmemoriada y viene
subiendo por la escalinata
rota del antiguo muelle.

Al pasar junto a mí,
bañada de burbujas,
no me ve. Yo no existo.
Un filamento de alga
en su ancha boca sonámbula
escurre el agua. Ebrios
los ojos color de acero
se despiden de una tempestad
en el horizonte.
Yo no existo.

No existo. Y reconozco
su imprecisa distracción
al empuñar el manubrio
de la bicicleta y partir
calmosa a lo largo
de las tablas carcomidas.

Yo no existo. (Casi capullo
de espuma, mi cuerpo
no ha dislocado aún el vientre
de la pequeña nadadora.)Por el embarcadero

las ruedas se demoran y giran
lentamente hacia el pecho
del amoroso extraño que hoy,
junto con la noche
de hace más de medio siglo,
se bajará del tren
a las 7:15 en la aldea.

(Poema escrito por Helga Krebs, perteneciente al libro inédito La curvatura de la manzana
Santiago de Chile-Hermosillo, 1983-1985)


lunes, 1 de noviembre de 2010

Creer (J.M. Coetzee)



"Las cosas pueden ser ciertas, piensa ahora, aunque no crea en ellas, y a la inversa. Al final, el hecho de creer puede no ser más que una fuente de energía, como una batería que uno acopla a una idea para hacerla funcionar. Tal como pasa cuando uno escribe: hay que creer en lo que haya que creer para poder hacer el trabajo."

J.M. Coetzee, Elizabeth Costello

martes, 28 de septiembre de 2010

La narrativa, la silla y los personajes (C. Bértolo)


"... hay una narrativa dramática que cuenta que hay una silla y dos personajes que se la disputan, y una narrativa lírica que nos cuenta que hay una silla y un personaje que no sabe si sentarse o no en ella. Pues en la narrativa actual abunda lo segundo y escasea lo primero. Los misterios han sustituido a los conflictos, el suspense a la intriga, las simetrías a la trama y las digresiones metaliterarias a la argumentación del argumento".

Constantino Bértolo

Feldman: "Rothko Chapel"





lunes, 27 de septiembre de 2010

sábado, 25 de septiembre de 2010

viernes, 24 de septiembre de 2010

lunes, 2 de agosto de 2010

Las palabras... (Slavoj Zizek)


"Las palabras nunca son 'sólo palabras'. Importan, porque definen los contornos de lo que podemos hacer."

Slavoj Zizek





martes, 27 de julio de 2010

Los años de Archimboldi


"Durante muchos años la casa de Archimboldi, sus únicas posesiones, fueron su maleta, que contenía ropa y quinientas hojas en blanco y los dos o tres libros que estuviera leyendo en ese momento, y la máquina de escribir que le regalara Bubis. La maleta la cargaba con la mano derecha. La máquina la cargaba con la izquierda. Cuando la ropa se hacía un poco vieja, la tiraba. Cuando terminaba de leer un libro, lo regalaba o lo abandonaba en una mesa cualquiera. Durante mucho tiempo se negó a comprar un ordenador. A veces se acercaba a las tiendas que vendían ordenadores y les preguntaba a los vendedores cómo funcionaban. Pero siempre, en el último minuto, se echaba atrás, como un campesino receloso con sus ahorros. Hasta que aparecieron los ordenadores portátiles. Entonces sí que compró uno y al cabo de poco tiempo lo manejaba con destreza. Cuando a los ordenadores portátiles se les incorporó un módem, Archimboldi cambió su ordenador viejo por uno nuevo y a veces se pasaba horas conectado a Internet, buscando noticias raras, nombres que ya nadie recordaba, sucesos olvidados. ¿Qué hizo con la máquina de escribir que le regaló Bubis? ¡Se acercó a un desfiladero y la arrojó entre las rocas!

Roberto Bolaño, 2666, La parte de Archimboldi, p. 1064

domingo, 25 de julio de 2010

Paraíso e infierno (Roberto Bolaño)


"Esa noche, mientras trabajaba en la puerta del bar, se entretuvo en pensar en un tiempo de dos velocidades, uno era muy lento y las personas y los objetos se movían en este tiempo de forma casi imperceptible, el otro era muy rápido y todo, hasta las cosas inertes, centelleaban de velocidad. El primero se llamaba Paraíso, el segundo Infierno, y lo único que deseaba Archimboldi era no vivir jamás en ninguno de los dos."

Roberto Bolaño, 2666, La parte de Archimboldi, pp. 1001-1002

viernes, 23 de julio de 2010

La cultura (Roberto Bolaño)


"Hoensch dijo que la cultura era una cadena formada por eslabones de arte heroico y de interpretaciones supersticiosas. El joven erudito Popescu dijo que la cultura era un símbolo y que ese símbolo tenía la imagen de un salvavidas. La baronesa Von Zumpe dijo que la cultura era, básicamente, el placer, lo que proporcionaba y daba placer, y el resto sólo era charlatanería. El oficial de las SS dijo que la cultura era la llamada de la sangre, una llamada que se oía mejor de noche que de día, y además, dijo, era un descodificador del destino. El general Von Berenberg dijo que la cultura, para él, era Bach, y que con eso le bastaba. Uno de sus oficiales de estado mayor dijo que para él era Wagner y que a él también con eso le bastaba. El otro oficial de estado mayor dijo que para él la cultura era Goethe y que a él también, en coincidencia con lo expresado por su general, con eso le bastaba y en ocasiones le sobraba. La vida de un hombre sólo es comparable a la vida de otro hombre. La vida de un hombre, dijo, sólo alcanza para disfrutar a conciencia de la obra de otro hombre.

El general Entrescu, a quien le pareció muy divertido lo que acababa de decir el oficial de estado mayor, dijo que para él, por el contario, la cultura era la vida, no la vida de un solo hombre, sino la vida en general, cualquier manifestación de ésta, hasta la más vulgar, y luego se puso a hablar de..."

Roberto Bolaño, 2666, La parte de Archimboldi, pp. 853-854

viernes, 16 de julio de 2010

Miedo y apariencia (Roberto Bolaño)



"¿A qué tenía miedo Ivánov?, se preguntaba Ansky en sus cuadernos. No al peligro físico, puesto que como antiguo bolchevique muchas veces estuvo próximo a la detención, la cárcel y la deportación, y aunque no se podía decir de él que fuera un tipo valiente, tampoco se podía afirmar, sin faltar a la verdad, que fuera una persona cobarde y sin agallas. El miedo de Ivánov era de índole literaria. Es decir, su miedo era el miedo que sufren la mayor parte de aquellos ciudadanos que un buen (o mal) día deciden convertir el ejercicio de las letras y, sobre todo, el ejercicio de la ficción en parte integrante de sus vidas. Miedo a ser malos. También, miedo a no ser reconocidos. Pero, sobre todo, miedo a ser malos. Miedo a que sus esfuerzos y afanes caigan en el olvido. Miedo a la pisada que no deja huella. Miedo a los elementos del azar y de la naturaleza que borran las huellas poco profundas. Miedo a cenar solos y a que nadie repare en tu presencia. Miedo a no ser apreciados. Miedo al fracaso y al ridículo. Pero sobre todo miedo a ser malos. Miedo a habitar, para siempre jamás, en el infierno de los malos escritores. Miedos irracionales, pensaba Ansky, sobre todo si los miedosos contrarrestaban sus miedos con apariencias. Lo que venía a ser lo mismo que decir que el paraíso de los buenos escritores, según los malos, estaba habitado por apariencias. Y que la bondad (o la excelencia) de una obra giraba alrededor de una apariencia. Una apariencia que variaba, por supuesto, según la época y los países, pero que siempre se mantenía como tal, apariencia, cosa que parece y no es, superficie y no fondo, puro gesto, e incluso el gesto era confundido con la voluntad, pelos y ojos y labios de Tolstói y mujeres desvirgadas por Tolstói en un tapiz quemado por el fuego de la apariencia."

Roberto Bolaño, 2666, La parte de Archimboldi, pp. 902-903

miércoles, 7 de julio de 2010

La calle de los cocodrilos. Bruno Schulz (Dedicado a Hilla y Kato)

"La noción del tiempo..." (Roberto Bolaño)




"La gente sana rehúye el trato con la gente enferma. Esta regla es aplicable a casi todo el mundo. Hans Reiter era una excepción. No les temía a los sanos ni tampoco a los enfermos. No se aburría nunca. Era servicial y tenía en alta estima la noción, esa noción tan vaga, tan maleable, tan desfigurada, de la amistad. Los enfermos, por lo demás, siempre son más interesantes que los sanos. Las palabras de los enfermos, incluso de aquellos que sólo son capaces de balbucear, siempre son más importantes que las palabras de los sanos. Por lo demás, toda persona sana es una futura persona enferma. La noción del tiempo, ah, la noción del tiempo de los enfermos, qué tesoro escondido en una cueva en el desierto. Los enfermos, por lo demás, muerden de verdad, mientras que las personas sanas hacen como que muerden pero en realidad sólo mastican aire. Por lo demás, por lo demás, por lo demás."

Roberto Bolaño, 2666, La parte de Archimboldi, p. 825

lunes, 21 de junio de 2010

martes, 1 de junio de 2010

Malasuerte en Tijuana (Hilario Peña)


—Hilario ¿de dónde viene Malasuerte?

Malasuerte en Tijuana es una respuesta a una realidad que rechazo. En México, desgraciadamente, le atribuyen al escritor una sapiencia absoluta, porque nos creen omniscientes (y es por culpa de otros escritores que al parecer sí lo son). Me decían Ah, tú escribiste un libro, eres escritor, y por tanto necesito que me expliques por qué existe tanta violencia, o qué opinas del amor o que opinas de la paz. Yo me consideraba bueno para urdir historias, pero no sentía que tenía que contestar esas cosas. Me pareció prudente quitarle esa solemnidad, yendo precisamente a mis intereses, a lo que me gustaba leer. Entonces busqué algo que parece fácil que se te ocurra, pero no es así, la prueba es que poca gente ha echado mano de ello: un detective privado. Comencé a escribir relatos de un detective privado en Tijuana. A mí se me hacía perfectamente lógico y me dije que si esas historias se publicaban Hilario Peña sería un escritor de aventuras al que no se le iba a preguntar lo que piensa del amor, de la paz ni de nada de eso. Luego me pareció más interesante hurgar en el pasado de este personaje, cómo fue que se convirtió en ese tipo duro y así fue como se fue gestando este personaje, que cuando menos lo pensé ya era de carne y hueso, las cosas que hacía eran consecuencia de su mismo carácter impulsivo, extrovertido, desinhibido, echado para adelante, seguro de sí mismo. Eso también me pareció muy sano, dejar de una vez por todas ese reflejo del autor en su personaje principal, que compartía sus inseguridades. Yo quería hacer ficción, que el personaje tuviera otros problemas y no los míos. Creo que eso debería practicarse más entre los escritores, alejarse lo más posible de sí mismos.

(...)

—Tu relación con el mundo cultural es distante…

—Bueno… antes, no ser parte del establishment era ir a una presentación de tu libro y vomitar o empezar a lacerarte. Pero yo creo que uno puede ser independiente tan sólo mostrando un trabajo único. Hay bastantes autores que lo hacen de esa manera, que están buscando una identidad propia y ése es el chiste, que haya más voces singulares y originales, eso es lo que debemos buscar en el panorama de la literatura. Sería muy saludable que los escritores no esperemos vivir de lo que escribimos, pero sí aspirar a ello. Hacer como que algún día vamos a vivir de esto. Eso no es prostituirse, porque en la medida en que nos la pasemos pensando en vivir de las becas o de las embajadas, allí es cuando se corrompe todo. ®

(Entrevista de Raúl Silva publicada en Replicante)


lunes, 31 de mayo de 2010

jueves, 27 de mayo de 2010

jueves, 20 de mayo de 2010

domingo, 25 de abril de 2010

"Ilusos" (Truman Capote)




"JAKE: ¿Ficción? (Asentí; él sonrió.) ¿De veras lees esa basura?

TC: Graham Greene era un escritor de primera clase. Hasta que el Vaticano lo atrapó. Después de eso, no ha escrito nada tan bueno como Brighton Rock. Me gusta Agatha Christie. La adoro. Y Raymond Chandler es un estilista, un poeta. Aunque sus tramas sean un revoltijo.

JAKE
: Basura. Esos tipos no son más que unos ilusos; se agachan ante una máquina de escribir y se masturban mentalmente, eso es lo único que hacen."

Truman Capote, "Ataúdes tallados a mano"


jueves, 22 de abril de 2010

La cabeza llena de cantos (Fogwill)



"El de la página en blanco es un lugar común tributario del artista, su padecer, sus sacrificios. Mallarmé, en su Brise Marine lo llevó al extremo, con una ironía que pocos advierten: en el poema la página en blanco es restaurada hasta recuperar su materialidad de 'vacío papel que defiende su blancura' y se suma a 'los viejos jardines hechos para mostrarse', 'la claridad desierta de la lámpara' y a 'la joven esposa que amamanta a su bebé' como formando el todo repudiable de la vida burguesa. Su consejo a los que temen a la página en blanco es enfrentar a la tormenta, naufragar y perderse hasta 'atender-entender' el canto de los marineros. Tenemos la cabeza llena de cantos de marinero, campesinos, soldados y maestros de la lengua: escuchémoslos y dejémonos de mariconerías domésticas como los triviales ritos del escritor que cree temer a la hoja en blanco cuando lo acosa una deplorable blancura mental."

Fogwill, en "La derrota de la página en blanco", Babelia, 17.04.10

martes, 23 de febrero de 2010

Las cosas cotidianas (Roberto Bolaño)


"¿Qué hice? Poca cosa. Miré mi juego, incapaz de concentrarme, luego dormí una siesta poblada de pesadillas hasta las seis de la tarde. Cuando desde el balcón observé que la gran masa de los bañistas emprendían la retirada hacia los hoteles y los campings, bajé a la playa. Es triste esa hora y son tristes los bañistas: cansados, ahítos de sol, vuelven la vista hacia la línea de los edificios como soldados de antemano convencidos de sucumbir; sus pasos cansinos que atraviesan la playa y el Paseo Marítimo, prudentes pero con un deje de desprecio, de fanfarronería ante un peligro remoto, su peculiar manera de meterse por calles laterales en donde de inmediato buscan la sombra, los conducen directamente -son un homenaje- al vacío."

"Seguí con la naturaleza del juego, no recuerdo exactamente cuántas estupideces dije, entre ellas que la necesidad de jugar no es otra cosa que una suerte de canto y que los jugadores son cantantes interpretando una gama infinita de composiciones, composiciones-sueños, composiciones-pozos, composiciones-deseos, sobre una geografía en permanente cambio: como comida que se descompone, así eran los mapas y las unidades que vivían dentro de ellos, las reglas, las tiradas de dados, la victoria o la derrota final. Platos podridos."

"No soy un poeta, sonreí. Me intereso por las cosas cotidianas, incluso por las desagradables..."

"¿Y cuántos, incontables, Grupos de Combate se inmolaron por retrasar al enemigo en todos los frentes? Nadie se pone de acuerdo. Sólo la memoria que juega lo sabe. Vagando por la playa o acurrucado en mi habitación yo invoco los nombres y éstos llegan a raudales y me tranquilizan."

El Tercer Reich
, 1986


sábado, 13 de febrero de 2010

Mil cosas... pero sólo una (W.H. Auden)


“... la poesía es capaz de hacer mil cosas: puede complacer, entristecer, perturbar, distraer, instruir, puede expresar todos los matices de la emoción y describir todos los hechos. Pero sólo hay una cosa que toda poesía debe hacer: alabar su propia existencia y su acontecer”.


martes, 2 de febrero de 2010