viernes, 29 de noviembre de 2019

La batalla campal (Nicanor Parra) – Una recomendación de Diego Maquieira



LA BATALLA CAMPAL


la cosa comienza con un
DESFILE NOCTURNO DE ENERGÚMENOS
por el centro de la ciudad:

¡muerte sí!
¡funerales no!

¡muerte sí!
¡funerales no!

¡muerte sí!
¡funerales no!

LOS ROBBOTS OBSERVAN EL DESFILE DESDE SUS CARROS DE COMBATE 
  

y continúa al día siguiente
A LA HORA DE MAYOR TRÁFICO
–entre 1 y 2 de la tarde–
BAJO UN SOL ABRASADOR
con una 
MANIFESTACIÓN PACÍFICA DE ENERGÚMENOS
envueltos en sábanas –con antorchas y cucuruchos 
FRENTE A UNA TIENDA DE POMPAS FÚNEBRES 
  

En teoría no molestan a nadie
y de hecho no hacen otra cosa
que cantar y bailar en tiempo de cumbia
DOS FRASES QUE REPITEN HASTA EL INFINITO
  
¡muerte sí!
¡funerales no!

¡muerte sí!
¡funerales no!

¡muerte sí!
¡funerales no!

PERO LOS ROBBOTS OBSERVAN ATENTAMENTE
LOS ACONTECIMIENTOS DESDE SUS CARROS DE COMBATE

al tercer día

LOS ENERGÚMENOS SE DIRIGEN TRANQUILAMENTE A SUS CASAS
después de varias horas de baile desenfrenado

FRENTE A LA MONEDA

cuando aparecen en escena los robbotsy comienza la batalla campal 

Y COMIENZA LA BATALLA CAMPAL 

¡  Y   C  O  M  I  E  N  Z  A    L A   B A  T  A  L  L  A   C  A  M  P  A  L  ! 
  


Obra gruesa (Santiago, Editorial Universitaria, 1969)

martes, 26 de noviembre de 2019

El editor y el joven Balzac (Alberto Manguel)

“Cuando cierto editor francés muy conocido oyó decir que Balzac era una joven promesa de las letras, decidió ofrecerle dos mil francos por la siguiente novela que escribiese. Así pues, buscó sus señas y descubrió que residía en un barrio parisiense digamos que venido a menos; en vista de que su presa no era lo que se dice un hombre acaudalado, decidió reducir la oferta a mil francos. Pero al llegar allí comprobó que Balzac vivía en el ático, en una vulgar chambre de bonne, así que decidió rebajar de nuevo la cantidad y ofrecerle solo quinientos francos. Por último, cuando llamó a la puerta y entró en la modesta vivienda, viendo que Balzac estaba tomando por toda comida un trozo de pan y un vaso de agua, el editor abrió los brazos de par en par y exclamó: ‘¡Señor Balzac, soy su más ferviente admirador y me gustaría ofrecerle por su próximo libro la bonita suma de doscientos francos!’.”

(Alberto Manguel citado por Patricio Pron)

viernes, 22 de noviembre de 2019

Lo más o menos mal dicho (Rubén Ángel Arias)


28 de noviembre de 2018
Si todo puede corregirse, es porque otra cosa lo gobierna, porque algo, que está más allá de lo dicho –que siempre es imperfecto– rige su sentido. Eso que está más allá no tiene, sin embargo, otra forma de expresarse que a través de las imperfecciones de lo más o menos mal dicho.

5 de febrero de 2019
Sigo empeñado en no dejar ningún rastro en la escritura, en que todo lo que hable en mí me sea ajeno. Llevada esta idea al límite alguien podría falsificar estas notas y yo no encontraría la manera de detectar las incursiones o los cambios.

Rubén Ángel Arias, Diario de Moscú (Idaho)

sábado, 16 de noviembre de 2019

sábado, 9 de noviembre de 2019

La quincalla imperialista (Rafael Sánchez Ferlosio)


“La función de servicio a los consumidores, de aumento del bienestar, es la quincalla tras la que se escuda el imperio absoluto de la producción”.
Non olet (2003)

jueves, 7 de noviembre de 2019

Nosotros y nuestras derrotas somos invencibles (Mauricio Redolés)



Ver de nuevo un militar a cargo de restituir un Estado Injusto que se desvanece, es mi derrota.
Vuelvo a ser encarcelado y torturado, es mi derrota.
Escuchar al militar matizar su rol de represor con un comentario sobre fútbol, es mi derrota.
Ver a mi pueblo humillado con chistes de los ministros sobre su pobreza, es mi derrota.
Chistes sobre bingos para aliviar su carencia de derechos, es mi derrota.
Chistes sobre el precio de las flores a la baja, es mi derrota.
Chistes sobre madrugar para hacer vida social a las 5 de la mañana en una fría calle, es mi derrota.
Chistes cuando sugieren levantarse a las 3 de la mañana para ahorrar treinta pesos, es mi derrota.
Ver a mi pueblo ser llamado “ciudadanía”, es mi derrota.
Ver a mi pueblo ser llamado “los vecinos” es mi derrota.
Ver mi pueblo ser llamado “los consumidores” es mi derrota.
Ver a mi pueblo ser llamado “la familia chilena” es mi derrota.
Ver a mi pueblo NO ser llamado “pueblo” es mi derrota.
Ver a mi pueblo humillado huyendo, pisoteado, gaseado, baleado, apaleado, es mi derrota.
Ver a mi pueblo desesperado buscando una salida, es mi derrota.
Ver a mi pueblo criminalizado por políticos y ganapanes dizque periodistas, es mi derrota.
Ver a mi pueblo esquilmado, trasquilado, carneado, narcotizado, alcoholizado, es mi derrota.
Ver a mi pueblo engrupido con una memoria falsa es mi derrota.
Ver a mi pueblo pasar de largo “dribbeleado” con un falso movimiento de piernas, es mi derrota.
Ver a mi pueblo ser convencido que su rabia y su odio NO son legítimos, es mi derrota.
Ver a mi pueblo ser convencido que el odio de los poderosos SÍ es legítimo, es mi derrota.

¡NOSOTROS Y NUESTRAS DERROTAS SOMOS INVENCIBLES!