"Describid a un ladrón, a una mujer caída, a un tonto engañado, pero no olvidéis que son también seres humanos. ¿Dónde están vuestros sentimientos humanos? Creéis que es posible escribir usando únicamente el cerebro. Olvidáis que se precisa también usar el corazón. Sí, el pensamiento fructifica por el amor. ¡Tended una mano piadosa al hombre caído o llorad por él, pero no os burléis de su desgracia! Amadle, procurad veros a vosotros mismos en él, y entonces leeré vuestras obras y me inclinaré ante vosotros."
Iván A. Goncharov, Oblómov