Oscuro de decir
Yo como Orfeo toco
a la muerte en las cuerdas de la vida
y en la belleza de la tierra
y de tus ojos, que el cielo dirige,
sólo encuentro algo oscuro de decir.
No olvides que también tú, de repente,
aquella mañana, cuando tu campamento
aun húmedo de rocío estaba, y un clavel
cerca de tu corazón dormía,
viste la oscura corriente,
que ante ti atravesaba.
Cuerda del silencio
tensada en la corriente sanguínea,
yo toqué tu sonoro corazón.
Tus rizos estaban transformados
en el cabello sombrío de la noche,
los negros rizos de la oscuridad
nevaron tu rostro.
Y no te pertenezco.
Ambos nos lamentamos ahora.
Pero como Orfeo conozco
la vida del lado de la muerte
y se me torna azulado
tu ojo por siempre cerrado.
(Die Gestundete Zeit, 1953. Traducción de Yannick Bautista.)