"El ímpetu, el coraje, la dichosa libertad con que el tren taladra la noche, a ciento cincuenta kilómetros por hora, la campiña francesa. De pie, en el corredor, observo por una ventana la oscuridad. Vano intento de reconocer las formas cercanas que iluminadas por el tren se escabullen de mi vista antes de que pueda aprehenderlas. Tal vez árboles o postes o cercos. Sólo lo lejano es reconocible: una casa con las luces encendidas, un tractor portando fanales que ara un terreno o una segadora que trilla. De pronto una fábrica en la lejanía, iluminada como un transatlántico, con sus altas chimeneas que despiden un humo rojizo."
Julio Ramón Ribeyro, La tentación del fracaso, 1968.